Sentencia

Quieta, en un lugar
el aire espeso de diciembre
empalaga mi piel,
mientras, todo pasa.
Enjuago mis palabras
innecesariamente, dichas.
No me dicen.
No me nombran.
No me encuentran.
No me muestran.
No me entregan.
No me dejan.
Silencio.
Silencio preso.
Silencio falso.

Enmascarar.
Aborrecer.
La palabra que me diga.
¿Quién me dice?
¿Quién me nombra?

No sé.

No sé.

No sé.





En vano querer dejar de ser.
Tapo mi boca.
Me silencio.
Me sentencio.

-NO SERÁS LIBRE-

Hermosa

Hermosa.
Te pienso,
desnuda,
en mi cama,
en tu cama,
en cualquier cama,
sin cama.
Hermosa.
Te pienso,
desnuda.
Hermosa.

Sincopada

Como chacarera sincopada
el deseo percute en mi lengua.

Mi ansiar es inevitable
tu cara linda, también.

De mí

Empujo.
El plástico.
Empujo.
Irrompible.
Empujo.
Transparente.
Empujo.
Tibio.

Tiempo me llevó saberme dentro.
Empujo.
Toma mi forma.
Empujo.
Yo, dentro.
Consciencia de ahogo.
Encierro.
Saberme.
Dentro.
Empujo.

Un dolor en mi espalda.
Comienza.
Tenue.
Lo reconozco.
No es nuevo.
Crece.
Me retuerce.
En cuclillas.
Duele.
Camino.
Duele, más.
Muerdo.
Duele.
Grito:
¡Fuera de mí!
Duele.
Más.

Empujo, duele.
Dentro. duele.
Empujo.
Clavos mis dedos.
Duele.
Mi cabeza, presiona.
Duele.

Lo rompo.
Pequeña rajadura.
Duele.
Mi cabeza empuja.
Duele, con esperanza.
Se abre.

¡Empuja cabeza!
¡Empuja cabeza!
Cabeza, con miedos.
Con miedos, empuja.
Cabeza-empuja-puja-cabeza.

Pasan mis ojos.
Mis pómulos, raspados de vellos.
Mi cabeza está fuera.

Respiro, bocanadas, huelo.
A mí.
Olor.
A mí.
Mío.
Conocido.
Usado.

Vomito.
Vomito.
Vomito.

Mi asco.
Mi serenidad.
Mi conformismo.
Mis alambres.
La diciplina, sumisa.
Mandato, por mandato.
Vomito.
Vomito.

Río.
A carcajadas, como quien grita.
Grito, como quien ríe.

Y con mis dedos, entre mis carnes,
brotados de pelos,
sujetos a mis huesos abiertos.
Empujo.

Una última vez.

Cuando no dormís conmigo...

Mi palabra se perfuma de tu olor a hembra.

Mi desvelo implora tu boca.

Mi memoria recuerda tu mirada en celo.

Mi lengua dibuja tus pezones rosados.

Mi clítoris te busca, erecto, entre mis sábanas,

deseando que tus gemidos se retuerzan en mi cama.

Hamster

Corro-corro
Ansias de llegar.
¿A dónde?
Ansias de avanzar.
¿Para qué?
Ansias... ¿de ansiedad?
Tiemblo.
Corro-corro.
No veo la rueda.
No veo la jaula.
Tiemblo.
Corro-corro.
Ante tu mirada
soy tierra seca
que se descascara.
Corro-corro.
Tiemblo.
Como hojas
que se queman
desaparece mi voz
en las ataduras del silencio
no puedo nombrarte.
Soy tu olvido.
No veo la jaula.
No veo la rueda.
Tiemblo.
Corro-corro

Mis manos ocupadas

Tengo mis manos ocupadas.

No puedo tomarte.

Llevo mis anteojos,
mi pañuelo, en ellas.

No puedo tomarte.

Tengo las zapatillas gastadas.

Las medias al revés.

Mis manos ocupadas.

Mi campera sucia.

Canas en mi cabeza.

Mis manos ocupadas.

Mis dientes torcidos.

Mis manos ocupadas.

He perdido mi fé.

Mis manos ocupadas.

No puedo tomarte.

Mi voz

Mi voz amasa silencios
que desangran oscuridades.

Rosa

A la habitación rosa
la inyecta el sol
a la siesta
y se hace rulo con el humo.

Al ritmo de tus entradas
tallás mi deseo.
mi deseo
mi deseo
mi deseo.


traspasada

absorta

maravillada

con mis dedos
pintados de humedad.

Te aprendo.

Un día de estos.

De bajar la guardia
y ver / me.

De ir
contra las cadenas
de mi naturaleza.

De inevitablemente
llorar / te.

Ojalá un día de estos
me deje libre.

Aprenderla

Alguien se robó la miga de mi pan,
se llevó la virginidad de mis sonrisas,
dibuja muecas en mi cara
y susurra a destiempo de mi fé
lo predecible de lo que no es.

Aprender la soledad.

Aprenderla.

Aprenderla como quien va a rendir un examen.

El del desamparo.

El del tiempo.

Elefantes rosas

Porque sé a la palabra como desacierto.
Declaro fuera de mi, el olvido.
Por las curvas de mis orejas
como cicatriz que se retuerce
quedó colgando de tus lágrimas
tu pedido.

No le confío a la tristeza
ninguna de mis penas.
Ni a la noche
entrego mi insomio.
La sonrisa se me escapó
por los hombros
y duerme en mi espalda.

Ojalá despiertes y me beses.
Ojalá me pidas, como aquel día
que te hable de elefantes rosas.

Mal humor

Tu silencio es desalentador.
Tu indiferencia es atrevida.

Mi soledad se arregla
para salir a escena.

Y yo...

yo no me encuentro.

Si mi lengua
fuera poesía,
sabría como llamarte.

Duda

Mientras transpiro rigidez,
envejecen las palabras sonrientes
que tenía para decirte.

Peino mis dudas.
Perfumo las distancias.

Me miento.

Después

Indagué en su boca sin hablar.
Y después, todo lo que vino
después.

Cuadro

Sus pies como hojas
pedían por sus lunas.

Mientras estallaban...

Rojos.

Amarillos.

Vacaciones

Ando con el pensamiento
astillado.
Y en la punta de mi lengua
el silencio
hace equilibrio.