miércoles, 29 de agosto de 2012

Hay un sol hermoso afuera.

Para Gastón.

Hay un sol hermoso afuera,
hermoso decimos cuando el sol está asi, como hoy.
¡Mirá que lindo día! como si con eso bastara.
¡Con eso basta! Gila!
No basta!
No, Basta!
¡BASTA!
Basta para mí.
Se me rompen esas palabras en la cabeza.
¿Por qué loco?
¿No te bastó, el sol lindo?
Tantas cosas no te bastaron.
Y este hastío...
Y no tengo ganas de hacer una mierda...
Pero si yo estaba mejor,
el sol lindo me bastaba.
¡BASTA!
Y me duele el lado izquierdo
no, no es cursilería
no me duele el corazón
debería...
¿debería?
¡BASTA!
Me duele la espalda,
su lado izquierdo,
tensa, contracturada,
dicen los mismos que decimos:
¡Qué lindo día!
Pero no me basta.
¡BASTA!
Será este hastío...
¿despatarrado para ese lado?
Será esta respiración...
¿pesada de todos los días iguales?
¿Será qué ahora me dolés en la espalda?
¿Te corriste?
¿te redujiste?
¿Te vas con analgésicos?
Pero vos no estás.
Y si me deja de doler,
vos seguís sin estar.
Y hay sol afuera
Y yo no tengo ganas de una mierda.
Y el basta para mí,
se me rompe en la lengua.
Y vos...

Vos vas a doler siempre.

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