Me arrancás de raíz
y tu piel es pájaro
que revolotea mi alma.
Aturde con su alateo
y viene y va...
Pero es pájaro... ¡Vuela!
Te contemplo
y se me anuda la sangre.
Tú juego es mi silencio.
no hay palabra que te nombre
ni sonido que te cante.
Mi batalla está perdida.
Sólo espero hacerte el amor
una y otra vez
en un intento agradecido
de devolverte tanta belleza.
Y mientras tanto
Te llevo en las yemas de mis dedos,
como a mi pianito.
(octubre 2010)
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